Las 9 reglas del mal capacitador.

Estamos muy mal acostumbrados a que nos digan cómo se debe de llevar a cabo una buena ejecución durante la capacitación. Pero, para implementar con éxito cada programa, también es esencial conocer qué es lo que hace a un pésimo capacitador ser poco efectivo con sus colaboradores. Por ello, te invitamos a conocer las 9 reglas que hacen del capacitador poco eficiente

La implementación de programas de capacitación con el personal de trabajo permite poder mejorar sus competencias y habilidades, para impactar positivamente en su desarrollo profesional y en los objetivos estratégicos de la empresa.

  1. Hay que capacitar por capacidad

Para un mal capacitador, no es relevante conocer las razones por las que tiene que capacitar, pues sólo se le dio la orden y tiene que obedecer. Por su parte, los buenos capacitadores realizan un diagnóstico previo para conocer las necesidades del equipo, contemplando sus percepciones, expectativas y disposiciones para el aprendizaje.

  1. Los objetivos deben ser difusos

Antes de comenzar a capacitar, es importante preguntarse ¿para qué quiero capacitar? Un mal capacitador no lo tiene claro y no se detiene a pensarlo. Pero para quienes quieren capacitar a su equipo de manera correcta, se toman su tiempo para conocer la meta general que involucrará una inversión de tiempo y recursos.

  1. Lo importante es la plataforma, no el contenido

Los malos capacitadores tienen fama de asombrarse tanto con las nuevas tecnologías y plataformas para el aprendizaje, que olvidan la calidad del contenido de capacitación. Pero al fin de cuentas, la innovación digital no mejora la calidad del contenido, ya que éste es la pieza clave para lograr buenos resultados de aprendizaje. 

La portada de un libro no garantiza calidad de lo que encontrarás entre páginas. 

  1. Debes impartir los mismos temas

Un mal capacitador se suele molestar por tener que impartir los mismos temas a su mismo equipo de colaboradores. Pues, no analizan que esa repetición refiere a que no se logran los objetivos esperados del programa y que implica que hay un problema con el aprendizaje de equipo y/o algún otro factor, lo cual (seguramente ya lo sabes) es preocupante.

  1. Lo único importante, es el contenido

Por otro lado, también es común ver capacitadores armados con un arsenal de contenido útil y de gran relevancia para su equipo, pero que tienen problemas para hacerlo llegar de manera efectiva a sus compañeros. Los malos capacitadores no suelen considerar opciones alternativas y entretenidas, pues suelen ignorar herramientas y métodos útiles para mejorar la retención del aprendizaje, como la gamificación, por ejemplo.

  1. No es necesaria la comunicación efectiva

Una tarea muy importante en la labor del mal capacitador consiste en no tener tacto verbal con el equipo, no generar empatía, no transmitir adecuadamente la importancia de participar activamente en los cursos. ¿En qué consiste el curso? ¿En qué podrá ayudarles? Son preguntas que al mal capacitador no le interesa responder.

  1. Sin refuerzo no hay esfuerzo

La capacitación no necesariamente tiene fecha de caducidad, bueno a excepción para los malos capacitadores quienes, una vez implementado el programa de capacitación, no consideran necesario reforzar los aprendizajes obtenidos durante el curso. Sin embargo, otros toman en cuenta esto y brindan herramientas o materiales que ayuden a sus colaboradores a reforzar lo aprendido previamente.

  1. No hay que escuchar al equipo

Claro que es necesario cumplr con nuestras metas como capacitadores para alcanzar los objetivos de la empresa. Pero al momento de llevarlos a cabo, ¿se debería tomar en cuenta al equipo? Un mal capacitador dirá que no, pues no considera que cada colaborador tiene una manera distinta de aprender, que no todos se adaptan a todas las plataformas digitales y que sus intereses influyen en su disposición para atender el programa de capacitación.

  1. No hay que dar seguimiento después de la capacitación

Si deseas fallar en tus esfuerzos de capacitación, una vez concluido el curso, no te tomarás la molestia de dar seguimiento a los aprendizajes de tu equipo; no te esforzarás por analizar los resultados en la práctica laboral, ni revisar cuál fue el éxito de tu estrategia y cuáles son las áreas de oportunidad que debes mejorar para que, la próxima vez, tengas mayor éxito.

Esperamos que esta guía te ayude a tener las piezas clave para mejorar tus habilidades en el ejercicio de la capacitación, o quizá te brinde herramientas para hacerlo incorrectamente, pero eso sí, como todo un experto.

 

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